Tengo un problema con Game Pass

 

Mi problema crónico con los servicios de suscripción


Game Pass, como concepto, como idea y como forma de disfrutar los videojuegos, me parece uno de los complementos más maravillosos que he tenido el humilde placer de experimentar. ¿Quién me iba a decir hace unos años que, pagando una suscripción mensual, tendría acceso a un catálogo de juegos? Pues al final esto se hizo realidad y parece que ha venido para quedarse, pues ya no solo está Microsoft en el sector, sino que Nintendo, y ahora Sony, se han unido a este mercado en alza.

Primero, un inciso. Me hace gracia como mucha gente -por la conocida guerra de consolas, que muestra el conteo de neuronas de cada individuo- habla sobre la rentabilidad o no de estas suscripciones como si fueran CEOs de X o Y empresa multimilmillonaria. Primero debemos comprender algo muy sencillo -y esto se puede extrapolar a cualquier sector-: No somos propietarios de las compañías, somos consumidores y, como tales, ofrecemos nuestro dinero por un producto. La marca de agua es irrelevante al final, pues, un buen producto, lo es independientemente del símbolo que lo acompañe.


Los servicios de suscripción, a día de hoy, no son rentables. Se tratan de planes a largo plazo, por lo que de momento Microsoft -y pronto también Sony- palman dinero a espuertas. Y está bien porque al usuario en sí no le afecta, sino que le beneficia. Por eso no entiendo las peleas innecesarias por cuál compañía favorita con la que tengo decorada mi habitación gana más dinero para, de alguna manera, creer que me da más valor como videojugador.

Dejando ya de lado el fanatismo de algunos que infecta este maravilloso mundo. Suelo pagar el Game Pass. Es cierto que intento, en la medida de lo posible, no gastar 10€ en la mensualidad de PC y el por qué es muy simple y es el foco central de este texto. Siempre intento obtener la suscripción por 1€ -que aparece casi todos los meses- porque, al final, no juego a nada.

No juego, no porque no haya juegos interesantes, que los hay, sino porque hay muchos juegos que, mientras los pruebo, me acaban gustando y prefiero esperar para comprarlos. Sé que no es una visión que mucha gente pueda compartir, pero siempre he preferido comprar los juegos. Incluso cuando, hace unos años, pirateaba juegos porque dinero tenía poco, los probaba y desinstalaba. Esto, porque si me gustaban, al tiempo los compraría y disfrutaría de la forma más óptima posible y, si no me gustaba, pues, ¿para qué iba a seguir jugándolo?.


Esto es justamente lo que sufro con Game Pass. Los juegos que me gustan quiero comprarlos al final, por lo que dejo de jugarlos en el servicio de suscripción y al final siento que estoy pagando para nada. Menos al que es 1€, porque si fueran 10€ creo que me voy a decantar por no suscribirme de nuevo. Y esto no será algo único del servicio de Microsoft, pues con PlayStation Now ya me ocurría y seguramente con el nuevo Plus me pasará lo mismo.

Creo que estos servicios, para mi perfil como jugador que compra en físico y le gusta tener sus juegos en una estantería, que nunca los vende y que, aún pasándose X juego, me gustaría poder rejugarlo 10-20 años después sin el miedo de que hayan desaparecido del catálogo del servicio, no encajan conmigo. Entiendo que hay mucha gente que lo tendrá como un servicio importante que le ayuda a pasarse muchos juegos pagando solo la mensualidad, pero, para el tiempo que tengo y mi manera de ver los videojuegos, es un tipo de modelo que no me llega a gustar.

EXTRA: Aún no se puede hablar de devaluación del medio que podría acompañar a estos servicios porque no ha dado tiempo a asentarse del todo. Que puede que nunca ocurra, pero si recuerdo que, cuando salieron los servicios de streaming como Netflix o HBO si es verdad que no tenían, en un principio, los presupuestos y cuidado en sus producciones que si tenían otras productoras cinematográficas. Pero es algo que me da miedo de que ocurra por cómo yo disfruto de los videojuegos. Soy un jugador clásico, me gusta comprar los juegos, lo siento.

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